Es cierto que las mujeres han sido por fin reconocidas como sujetos de derecho, pero al analizar las desigualdades sociales en contextos que se afirman democráticos que han “naturalizado” los problemas como la violencia de género, la feminización de la pobreza, la desigualdad salarial, etc. muestran la inequidad tanto en la aplicación como en la formulación de los derechos humanos respecto a la mujer.

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