No podemos bajar los brazos:

  • La reducción de nuevas infecciones por VIH en adolescentes (10 a 19) fue de 3% entre 2010 al 2016 y de 4% en jóvenes (20-24) en la región; mientras que la reducción a nivel mundial alcanzo 14% (10 – 19) y 18% (20-24).
  • Sabemos muy poco sobre las causas de la baja adherencia en adolescentes y si los modelos de atención disponibles responden a las necesidades de las adolescentes que viven con VIH.
  • Los fondos disponibles para VIH se están reduciendo, con consecuencias negativas para estas poblaciones que ponen en riesgo los avances alcanzados hasta ahora en la región y la sostenibilidad de la respuesta a futuro.

Nos toca cumplir la promesa de una generación libre de VIH y SIDA:

  • No podemos poner fin al SIDA sino respondemos de manera urgente a las necesidades de los y las adolescentes y jóvenes.
  • Debemos actuar de manera rápida y valiente si queremos llegar a cumplir las metas propuestas en la agenda 2030.

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