La entrega de reconocimientos a amigos de ICW Latina significó el acto protocolario de 25 años de acompañamiento, alianzas, de unir voces para transformar la vida de las mujeres con VIH.

Salieron del anonimato, vencieron el estigma y la discriminación, le dieron un rostro a la epidemia, pero además iniciaron una revolución en favor de los derechos de las mujeres con VIH desde sus propias realidades.

Son referentes en sus países, pero también son líderes para las que vienen atrás víctimas de un sistema que no prioriza sus necesidades y en cambio las ha convertido en meras estadísticas.

“Ha pasado mucho tiempo desde que esto comenzó y hay muchas que aun vivimos como si esto acabara de pasar. Sin embargo la lucha no es para nosotras es para todas”, dice a manera de consigna una joven con VIH.

La cara de la epidemia

Están empoderadas. Están fortalecidas. Conscientes de sus demandas, conscientes de sus derechos, conscientes del proceso para alcanzarlos. Parte de ello fue la realización del Dialogo de Alto Nivel: Uniendo nuestras voces para transformar realizado entre el 20y 21 de noviembre en Costa Rica.

El evento cuyo objetivo era sumar voluntades políticas y financiamiento ha sido calificado como una actividad de éxito al concluir con la firma de un documento cuyo eje fundamental son las mujeres con VIH.

Y no es para más cuando a nivel mundial el sida sigue siendo la principal causa de muerte entre mujeres en edad reproductiva. Mientras en 2015 se registraban alrededor de 17,8 millones de mujeres (mayores de 15 años) con VIH, que equivale al 51 por ciento del total de la población adulta que vive con este virus.

«En los 25 años que pasaron ustedes cambiaron el mundo. Hace 25 años no había esperanza. La cara de la epidemia del VIH era el miedo, la discriminación. Hoy la parte más visible es el progreso», reflexiona Luiz Loures, Director Ejecutivo adjunto Programa de ONUSIDA, como parte del trabajo de ICW Latina.

Camino por recorrer

No obstante la lucha está en proceso. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un desafío que plantea claramente la urgencia de trabajar el tema de la desigualdad de género en el abordaje del VIH.

Las mujeres que viven con VIH en América Latina son  jóvenes, son madres, son indígenas, son afrodescendientes. Cada una con su particularidad que demanda a los Estados políticas públicas concretas y efectivas para dar respuestas a sus necesidades.

«Las personas tuvimos que demandar, dar un rostro, nos arriesgamos, nos quitamos el pasa montaña para que entregaran los antirretrovirales. ¡Estamos vivas!», dice Arely Cano, secretaria regional #ICWLatina, en su discurso de cierre.

Las mujeres con VIH están claras que el abordaje debe ser integral, por ello están dispuestas a seguir luchando y una vez más dicen: Nada para nosotras, sin nosotras.